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Coworking: cuáles son los riesgos de este tipo de espacio y cómo protegerse

Todo apunta a que nos acercamos, por fin, al término de la pandemia del nuevo coronavirus (SARS-CoV2), que forzó a todos en el mundo a someterse a un aislamiento social que duró largos meses y obligó a las empresas a autorizar a sus colaboradores a trabajar a distancia. Ahora, en lo que el mercado llama la “nueva normalidad”, las corporaciones están apostándolo todo en el modelo de trabajo híbrido: para reducir los gastos operativos, están trabajando con pequeñas oficinas y permitiendo que los profesionales trabajen donde y cuando prefieran.

Esto significa que, si una empresa solía necesitar un piso o incluso un edificio completo para albergar a cientos de empleados, hoy solo se necesitan unas pocas estaciones de trabajo y una sala de reuniones para usarla solo cuando un colaborador decide ir hasta allá. Y, entre las opciones posibles para adoptar este formato, ninguna resulta más atractiva que los buenos y viejos coworkings, también llamados oficinas compartidas, en los que muchas empresas residen simultáneamente y comparten el espacio.

Los coworkings son, en realidad, infinitamente más económicos comparados con un alquiler comercial convencional. Se pagan mensualidades más bajas y se puede adecuar el espacio de acuerdo a la necesidad de la empresa o del profesional, que pueden aumentar o reducir las mesas de trabajo que utilizan a medida que su demanda crece o disminuye. Este tipo de establecimiento también suele ofrecer algunos beneficios convenientes, como servicio de impresión, Internet de alta velocidad e incluso una cafetería, todo incluido en la tarifa mensual.

En este punto, se podría pensar: "Está bien, pero ¿dónde está la desventaja?". Porque, como lo sabemos, siempre hay un lado negativo. En el caso de los coworkings, las desventajas son los riesgos de seguridad de la información que se corren específicamente en este tipo de espacio y es importante que tanto los directivos como los colaboradores sean conscientes de los peligros que puede conllevar trabajar en un coworking para la protección de la información sensible y confidencial. Es un espacio exclusivo con rasgos pintorescos.

Como una oficina, pero más peligrosa

En primer lugar, ¿recuerda que mencionamos Internet gratis? Uno de los atractivos de las oficinas compartidas es que no tienes que preocuparte por contratar un proveedor de Internet, pues la mayoría de los coworkings ofrecen acceso a Wi-Fi incluido en la tarifa mensual. Así, tú no tendrás este costo adicional. El problema es que, justamente, como se trata de un Wi-Fi público, hay que tener mucho cuidado en el momento de utilizarlo. Nunca se sabe quién podría estar interceptando el tráfico que entra y sale de las computadoras de tus colaboradores. Por eso, una VPN es esencial.

La política de mesa limpia también se vuelve más crítica que nunca. Si mantener papeles y post-its con notas sensibles en tu puesto de trabajo ya era un comportamiento de riesgo en las oficinas tradicionales, el peligro aumenta exponencialmente en un coworking, donde la empresa que trabaja en la mesa de al lado puede ser tu competidora directa. El robo de propiedad intelectual, roadmaps, informes, listas de clientes y otros documentos confidenciales puede ocurrir en un abrir y cerrar de ojos.

Por la misma razón, es importante que tengas el cuidado de nunca salir de tu puesto de trabajo dejando tu computadora desbloqueada, ya que una persona malintencionada puede aprovechar este desliz. Los ataques físicos como el evil maid (en el que la persona inserta una memoria USB maliciosa en la máquina de destino para infectarla con algún malware o software espía) pueden ocurrir en cualquier momento. Si es posible, siempre que necesites ausentarte de tu estación de trabajo, lleva tu ordenador portátil contigo. Si usas un ordenador convencional, no hay mucho que puedas hacer.

Cuidado con los chismes

Por último, cabe recordar que los riesgos para la seguridad de la información no son solo cibernéticos. ¿Recuerdas la vieja expresión de que "las paredes tienen oídos"? Bueno, un coworking ni siquiera tiene paredes la mayor parte del tiempo. Una charla informal con un compañero de trabajo sobre los planes y estrategias de tu empresa puede ser muy valiosa para alguien que esté cerca y con los oídos atentos. Ten cuidado al tratar asuntos profesionales en ascensores, pasillos, cafeterías y otros lugares de uso común.